Empieza su trayectoria artística desarrollando con gran maestría sus aptitudes en las diversas técnicas del esmalte al fuego. Inconformista y nómada por vocación, investiga otras artes y ejerce como políglota de recursos, que armoniza con madurez y contundencia, creando piezas únicas, irrepetibles y singulares.
La constante búsqueda, en el proceso de génesis de sus obras, la conduce accidentalmente al óleo y acuarela. Breves apuntes que la ayudan en su tarea creativa, van haciendo que se acomode entre telas y colores. Inicia, entonces, una etapa metamórfica y poliédrica, de gestación conscientemente reposada, que desembocará definitivamente en la pintura.
Viajera infatigable, su retina archiva y procesa ingentes volúmenes de imágenes y sensaciones que surgen naturalmente y se materializan con una sensibilidad exquisita. El conjunto de su obra se fundamenta en el trabajo, la obsesión por avanzar y en sólidos conocimientos técnicos que propician la constante experimentación, estructura sobre la que construye un universo conceptual propio.
Gocemos con esta última entrega, que nos abre las puertas de su mundo interior, intimista y ecléctico, lleno de matices y coherencia, que destila y transforma en imágenes, que con seguridad no provocarán indiferencia.
Ricard Bafalluy